El Pelayo, cuya participación en proyectado contragolpe de Cámara se limitaría a una acción de engaño

CONTRAGOLPE ESPAÑOL

"La guerra, como todas las guerras marítimas, no podía terminar sino sobre las costas de la nación que llevara la peor parte."
Escrito por Victor Concas y Palau en su libro "La escuadra del Almirante Cervera".

Con la flota americana dedicada a bloquear Cuba y la escuadra de Cervera, pocos buques de los EEUU de cierta entidad quedaban para proteger su tráfico mercante y sus costas, por lo que parecía el momento adecuado de iniciar acciones de guerra que obligaran a los norteamericanos a desperdigar sus buques para evitar que una escuadra española pudiera atacar impunemente la costa este de los EEUU.

Para llevar a cabo tal contraataque, el elegido fue el almirante D. Manuel de la Cámara y Livemoore.
Se trataba de, con los buques que quedaban en España, crear dificultades a los norteamericanos y posibilitar alguna victoria que elevase la moral española.
Para ello se iban a crear tres divisiones navales que pudieran desconcertar al enemigo:
Äla 1ª División estaría al mando del propio Cámara, y estaría compuesta por el crucero "Carlos V", los cruceros auxiliares "Meteoro", "Patriota" y "Rápido" y el aviso "Giralda".

El acorazado PELAYO, apodado en la Armada como EL SOLITARIO por haber sido el único acorazado en muchos años
 

Esta sería la auténtica formación que debería pasar al contragolpe, y como vemos, tan sólo contaba con un único barco de guerra propiamente dicho.

1ª DIVISIÓN
Almirante Cámara
Cruceros Acorazados
1
Cruceros Auxiliares
3
Aviso
1

Äla 2ª División estaría al mando del capitán de navío D. José Ferrándiz, y estaría compuesta por el acorazado "Pelayo", el acorazado-guardacostas "Vitoria", y los destructores "Osado", "Audaz" y "Proserpina".

2ª DIVISIÓN
Capitán de Navío Ferrándiz
Acorazados
1
Guardacostas
1
Destructores
3

Äla 3ª División estaría mandada por el capitán de Navío D. José Barrasa, compuesta únicamente de tres cruceros auxiliares, el "Buenos Aires", el "Antonio López" y el "Alfonso XII"

3ª DIVISIÓN
Capitán de Navío Barrasa
Cruceros Auxiliares
3

Debido a la corta autonomía del acorazado Pelayo y de la Vitoria, la 2ª División haría una maniobra diversiva, navegando unos días en dirección al teatro de operciones del Caribe, cambiando el rumbo

el escenario de la proyectada expedición de Cámara

posteriormente para regresar a aguas nacionales y proteger las costas españolas de un posible ataque americano, uniéndosele el crucero protegido Alfonso XIII, que debido a sus defectos de construcción, no podría participar en el conflicto.
La 1ª División se dirigiría hacia las islas Bermudas, donde recibiría órdenes e informes, para iniciar posteriormente un ataque contra la costa este americana, dirigiéndose hacia el norte, rumbo a Halifax en Canadá, dominio británico, para recibir nuevas instrucciones, y dirigirse después al mar Caribe, cayendo sobre las islas Turcos.
La 3ª División debería dirigirse hacia la zona del Cabo San Roque, en Brasil, y desde allí dedicarse a hostigar el tráfico mercante enemigo.
El plan español, audaz y agresivo, sería finalmente truncado debido a las presiones de Gran Bretaña que, poseedora de una inmensa flota mercante, no deseaba una guerra de corso generalizada por todo el Atlántico.
Sin embargo, una vez reunidos y alistados los buques

que debían haber protagonizado la acción anteriormente descrita, y ante la comprometida situación de las Filipinas tras el desastre de Cavite que obliga a trastocar los planes españoles, se toma la decisión de enviarla escuadra al archipiélago filipino.

La composición de la escuadra era la siguiente:
Ä el acorazado Pelayo;
Ä el crucero acorazado Carlos V;
Ä los cruceros auxiliares Patriota y Meteoro;
Älos transportes de tropas Buenos Aires e Isla de Panay que debían llevar un refuerzo consistente en 2.000 soldados;
Älos buques carboneros Colón, Covadonga, San Agustín y San Francisco.
A estos buques se añadirían, para dar una mayor sensación de potencia, un elenco de navíos de

el Carlos V en Suez
 

escaso o nulo valor militar que habrían de acompañar al resto de la escuadra hasta Suez, pero que una vez allí, deberían regresar a aguas españolas.

Los destructores Audaz y Proserpina anclados en Port Said

Se trataba de las siguientes unidades:
Ä destructores Audaz, Osado y Proserpina, tres buques encargados por La Armada en astilleros de Gran Bretaña y que serían entregados por éstos con gran retraso deliberadamente;

El Joaquín del Piélago y el  Antonio López

Ä aviso Giralda y vapor Joaquín del Piélago, dos grandes yates que una vez en aguas peninsulares tendrían por misión actuar como patrulleros;
Älos vapores Alfonso XII y Antonio López, que serían enviados posteriormente a aguas del Caribe con provisiones y municiones, pero a los que no se les facilitaría ninguna pieza de artillería para su protección y que se

perderían en combate.
La potencia de esta escuadra superaba tanto en tonelaje como en potencia de fuego a la escuadra americana del Comodoro Dewey.

Tan sólo el Pelayo y el Carlos V reunían un poder artillero y un tonelaje que era superior a la escuadra de Dewey, siendo ambos más potentes que cualquiera de los buques enemigos que podían enfrentárseles en aquellas aguas.
Por otro lado los cruceros auxiliares, si bien es verdad que no podían medirse a un buque de combate, estaban armados con 16 cañones de 150 a 120 mm, además de 6 cañones de 90 mm y otros 20 cañones ligeros.

El Colón y el Covadonga: dos de los buques carboneros de la expedición de Cámara

A pesar de llevar consigo buques carboneros, se confiaba en realizar el abastecimiento de carbón en diversos puertos a lo largo de la ruta, para preservar así el que se llevaba en los buques y poder operar en Filipinas con cierta garantía.

Los transportes Buenos Aires e Isla de Panay en Suez

Sobre todo se contaba para ello con la buena disposición italiana que permitía abastecerse en los puertos de su colonia africana de Eritrea y adquirir el carbón a compañías particulares, puesto que cumpliendo las normas internacionales el Estado Italiano propiamente dicho no facilitaría el combustible a la escuadra de Cámara.
La República Francesa tampoco ponía muchos inconvenientes para el abastecimiento de la escuadra en sus territorios, y el Reino de Siam

(la actual Tailandia), a su vez, lo había ofrecido sin ningún tipo de restricciones.
En los puertos pertenecientes a la corona británica no se esperaba ningún tipo de facilidades.

Sin embargo, las órdenes recibidas por Cámara no eran las de acudir a Manila y aplastar la escuadra americana sino más bien la de dirigirse al sur del archipiélago, las islas de Joló y Mindanao, y tratar de afianzar allí la presencia española para al menos poder llegar a la mesa de negociación con alguna posición de fuerza que pudiese salvar cuando menos la mitad de las Filipinas.
Al llegar, sin embargo, al canal de Suez, las autoridades egipcias, dependientes de los británicos, demoraron tanto el paso de los buques españoles, que cuando éstos ya se encontraban en el Mar Rojo llegó la noticia del desastre de la escuadra de Cervera en Santiago de Cuba, lo que obligó al gobierno español a cambiar sus planes y ordenar al almirante Cámara que regresara de inmediato a España en previsión de un ataque sobre las islas Canarias.

el CARLOS V en dique seco

La vuelta, una vez en aguas españolas, se hizo siempre cerca de las costas, con las banderas desplegadas, para que fuesen bien visibles y tratar de elevar la moral de los ciudadanos.

la escuadra de Cámara reunida en el canal de Suez, rumbo a Filipinas

El plan primitivo, de haberse llevado a cabo tal y como se había planeado, hubiera creado no pocos problemas a los norteamericanos. Sin embargo, los sucesos posteriores y la posición británica, siempre favorable hacia los norteamericanos, harían imposible siquiera la idea de haber podido causar algunos problemas a los EEUU.

El Carlos V y el Pelayo en Port-Said

La psicosis creada con el posible raid de Cámara sobre la costa americana tuvo como consecuencia que durante las noches se produjesen apagones en las ciudades costeras para impedir a la escuadra "fantasma" española tener puntos de referencia para sus ataques.

el acorazado PELAYO en Port Said,donde las dificultades creadas por los británicos obligaron a que saliera a aguas internacionales para carbonear




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