cañón de tiro rápido y pequeño calibre del acorazado Iowa LA DIPLOMACIA
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ACONTECIMIENTOS CRONOLÓGICOS
Grabado de la época que representa la explosión del Maine

Desde mucho antes de que comenzasen las hostilidades los esfuerzos diplomáticos entre ambos paises sostenían una dura pugna, por un lado para llevar la situación hasta extremos insostenibles y provocar la confrontación y por el otro para evitar el conflicto.

Tanto el Senado como el Congreso de los EEUU aprobarían el día 6 de abril de 1.896 una resolución conjunta por la que se solicitaba al entonces presidente Cleveland el reconocimiento de la beligerancia de los insurrectos cubanos, cosa que éste se negaría a realizar por el hecho de que reconocer tal situación suponía la imposibilidad de realizar reclamaciones a España de compensaciones por las pérdidas que el conflicto cubano pudiera causar en los intereses americanos, librando al mismo tiempo

Presidente Cleveland

a España de la responsabilidad legal de proteger las propiedades americanas en la isla.
Sin embargo, en una nota fechada en abril de 1.896, el presidente americano Cleveland propone a España intentar conseguir una solución pacífica al conflicto que se vive en la isla, al tiempo que advertía del hecho de que EEUU no toleraría una nueva guerra como la de los "Diez Años".
La respuesta de España es contundente: no sólo es rechazada la propuesta americana sino que se exige de los EEUU que apliquen con rigurosidad sus leyes de neutralidad e impidan las actividades de la Junta Revolucionaria Cubana en territorio americano, considerando que ésto último sería lo más conveniente y la mejor manera de colaborar al restablecimiento de la paz en Cuba, siendo una manera más de demostrar la nobleza de las intenciones norteamericanas.
El 14 de noviembre de 1.896 es elegido nuevo presidente de los EEUU William McKinley, siendo inmediatamente una de sus primeras acciones

 
políticas la de presentar un plan de paz a España que se resumía en tres puntos:
Ä el fin de la política de reconcentración de la población cubana;
Ä la declaración de un armisticio;
Ä el autogobierno para la isla de Cuba.

Este plan norteamericano sería presentado por el embajador de EEUU en Madrid, general Steward Lyndon Woodford, llegando la contestación oficial de España el día 25 de octubre de 1.897 a través del nuevo Ministro de Estado D. Pío Gullón.

En dicha contestación se mencionaba la intención del gobierno español de conceder una amplia autonomía a Cuba y de continuar con las acciones bélicas de forma "humanitaria y respetuosa con los derechos privados".
Al mismo tiempo se le reprochaba al gobierno americano el auxilio que proporcionaba a los insurrectos cubanos.

Presidente McKinley

En una intervención ante el Congreso de los EEUU el 6 de diciembre de 1.897, el presidente McKinley se mostraba partidario de otorgar un margen de confianza a las medidas adoptadas por las autoridades españolas, aunque sin descartar la posibilidad de una intervención armada si tales medidas no obtenían los resultados deseados por los americanos.

El Maine en alta mar. Su destrucción fue el desencadenante de la guerra

Todo este aparente estado de normalidad, de legalidad y preocupación de los EEUU ante lo que sucedía en territorio español, de deseos bien intencionados por alcanzar un estado de paz en el área del Caribe, ocultaba un hecho trascendente que demuestra a las claras cuáles eran las verdaderas intenciones de los EEUU: desde hacía ya bastante tiempo se preparaban ante la eventualidad de una guerra que deseaban fervientemente.

Durante la segunda mitad del año 1.896, la Escuela de Guerra Naval de los EEUU fue encargada, por la administración del presidente Cleveland, de elaborar un plan estratégico para el supuesto enfrentamiento con España. Ya en junio de 1.897, con Mckinley como presidente, una junta de oficiales de alta graduación fue la encargada de mejorar ese plan de guerra.

A todo esto se suma el hecho, reiterado, de que el cónsul americano en La Habana, Fitzhugh Lee, solicitase de su gobierno el envío de 1 ó 2 navíos de guerra para asegurar la protección de los bienes e intereses americanos en el caso de que se produjesen altercados y actos violentos contra intereses de EEUU en Cuba.
El Maine llegaría a La Habana el día 25 de enero de 1898, a las 11:00 de la mañana. Otros buques norteamericanos también recalarían en otros puertos cubanos.

crucero-acorazado Vizcaya, de 7.000 toneladas

Así, el Montgomery llegaría al puerto de Matanzas el 3 de enero trasladándose posteriormente a Santiago de Cuba.
El 9 de febrero, tendría lugar un incidente diplomático que vino a agravar las ya deterioradas relaciones hispanoamericanas: la publicación de una carta sustraida al embajador español en Washington Enrique Dupuy de Lôme.
En respuesta a estas "visitas de cortesía", España ordenaría al crucero acorazado Vizcaya que partiese hacia el puerto de Nueva York, donde atracaría pocos días después.

Crucero New Orleans, buque adquirido a Brasil y por el que España también se había interesado

En un último intento por detener las hostilidades, el 9 de abril de 1898 el gobierno español ordenaba al General en Jefe del Ejército Español de Cuba que concediese inmediatamente una tregua por el tiempo que estimase oportuno.
El 19 del mismo mes, Calixto García hacía pública la respuesta de los insurrectos, que no aceptaban la tregua y exigían que cualquier intento de diálogo tendente a restaurar el estado de paz en la isla

tuviera como base la independencia de la misma.
Los americanos, entre tanto, no se habían quedado quietos, ordenando a sus buques de guerra que comenzasen inmediatamente el bloqueo de la isla de Cuba, cosa que se hizo efectiva el día 21 de abril de 1.898.

 

Ante la imposibilidad de continuar las negociaciones con los EEUU, puesto que lo único que hacían éstos era poner trabas a todos los intentos españoles por evitar la guerra, incluso adoptando las medidas propuestas por los propios americanos, España declaraba la guerra en un Real Decreto el día 23 de abril de 1.898.
Los EEUU, a su vez,declaraban la guerra a España dos días después, el 25 de abril de 1.898, haciéndolo con efectos retroactivos desde el día 21, fecha en la que ya algunos buques mercantes españoles habían sido apresados sin que mediara declaración hostil hasta entonces, y ya la isla comenzaba a ser bloqueada.

Uno de los barcos bloqueadores: el Amphitrite




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