El acorazado Iowa, primer buque americano  sobre el cual rompió fuego el Colón

PARTE DE GUERRA


Las imágenes del pecio del Cristóbal Colón están extraidas de la filmación del mismo que me ha facilitado
Teodoro Rubio Castaño.


EL GENERAL SEGUNDO JEFE AL ALMIRANTE

Excmo. Sr.: Tengo el honor de trasladar a V.E.I. el parte que del combate y suerte habida al acorazado Colón el día 3 del corriente, me comunica su dignísimo comandante, que dice así:
Cumpliendo las órdenes recibidas, salí con el buque de mi mando, ocupando el puesto designado, del puerto de Santiago de Cuba, estando tanto avante con el morrillo a las 9,45 horas de la mañana, rompiendo el fuego contra el Iowa, que era el buque más próximo en el momento de la salida.

Cinco minutos más tarde, siendo el buque más avanzado de la línea enemiga el Brooklyn, ordené a las baterías que todos los fuegos se dirigieran sobre él y lo que fuera posible contra el Oregon que se hallaba por la aleta de babor y al que no podía dedicarse atención por falta de cañones de caza y retirada. Así se efectuó disparando contra dicho buque 184 disparos con los cañones de 15 cm, y 117 con la batería de 12 cm, teniendo la seguridad de haber hecho blanco con un diez por ciento de los tiros. Desde luego vi que ni el Brooklyn ni el Oregon, que emprendieron la caza, podían alcanzarme, y se quedaban más rápidamente el

Interior del Colón

primero que el segundo y continué cerca de la costa haciendo rumbo al Cabo Cruz.
A la una de la tarde empezó a bajar la presión de las calderas, disminuyendo las revoluciones de 85 a 80, empezando, por tanto, a a ganarme en andar el Oregon, que poco tiempo después rompió el fuego contra el buque con sus cañones de caza de grueso calibre, al que sólo pude contestar con disparo del cañón número 2 de la batería, guiñando al efecto lo necesario, aunque esto acortase la distancia.

Proyectiles de medio calibre del Colón

En vista de esto y vista la seguridad absoluta de ser apresado por el enemigo, de acuerdo con Vuecencia, por no ser conveniente distraer a ningún jefe y oficial de sus destinos, dada la estructura y disposición de las escotillas, que representaba una pérdida de tiempo muy necesario, y con el ánimo deaprovechar hasta el último momento la ocasión, si se presentaba, de hacer fuego, y con el fin de evitar llegase el de ser apresado,resolvimos embarrancar y perder el buque y no sacrificar estérilmente la vida de los que se habían batido con valor heróico, la disciplina y serenidad que Vuecencia ha podido apreciar por sí mismo, y como consecuencia

del acuerdo se hizo proa al río Tarquino, en cuya playa embarranqué, con velocidad de 13 millas, a las dos de la tarde, ya varado el buque y reunidos los jefes y oficiales, todos manifestaron su conformidad al hecho, por comprender que de seguir, aunque no fuera más que momentos, corría inminente peligro de caer en poder del enemigo y ser un trofeo de guerra que era necesario a todo trance evitar.

Poco después quedamos prisioneros de guerra en el Brooklyn, cuyo comandante se presentó a bordo poco tiempo después. Durante el combate he tenido un muerto y veinte y cinco heridos, cuya relación acompaño a VE como resultado de los proyectiles del enemigo, que aunque nos alcanzaron en gran número, no hicieron averías en la parte protegida del buque.
Es cuanto tengo que poner en conocimiento de VE, expresando al mismo tiempo mi convicción que todos y cada uno han cumplido con su deber en las difíciles circunstancias en que se efectuó la salida, las desventajosas del combate por la superioridad del

Observando a través de un "ojo de buey"

enemigo y la deficiencia grande de los medios de ataque de mi buque.
Y yo, por mi parte, como testigo de los sucesos, réstame sólo manifestar a Vuecencia Ilustrísima, que en medio de nuestra pena por la pérdida de los buques y del personal digno y heróico, cabe la satisfacción de que todos han cumplido con su sagrado deber de defender su bandera y Patria, demostrando una vez más que la Marina española puede sucumbir, pero jamás con la deshonra.

DIVERSAS INSTANTÁNEAS DEL PECIO DEL COLÓN
Diversas instantáneas del pecio del Colón

Todos a bordo del Colón fueron dignos imitadores de nuestros antepasados; imposible es recomendar a ninguno de sus dignos tripulantes, rayaron en el heroismo; mas sería dejar de cumplir con un sagrado deber si no expresara a V.E.I. que su valiente Comandante colocóse a una altura que no hay frase de expresarlo puedan, sólo sí que honra al Cuerpo en que sirve.
Dios guarde a V.E. muchos años.
En la mar, a bordo del Saint Louis, 6 de Julio de 1898.
José de Paredes



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