Crucero Wheeling, único que tenían los americanos destacado en aguas cercanas a Alaska
EL ESPIONAJE ESPAÑOL
"Confianza Blanca"
Contraseña mediante la cual se identificaría un militar norteamericano al servicio de España

Es un hecho poco conocido que España disponía de una extensa y bien organizada red de espionaje en los EEUU, motivada desde un primer momento por la necesidad de controlar las actividades de los rebeldes cubanos establecidos en territorio norteamericano.
Ya desde la "Guerra de los Diez Años", y como consecuencia del incidente protagonizado por el buque americano "Virginius" y la corbeta española "Tornado", en ambos paises se vislumbraba que el problema cubano terminaría por motivar un enfrentamiento bélico.
Y la contínua ingerencia americana en las cuestiones de la isla no hacían sino confirmar tal supuesto.

 

A partir de 1.895 el agregado naval de la embajada española en Washington, Gutiérrez Sobral, comenzó a enviar informes sobre los barcos de la armada norteamericana,así como de sus defensas costeras.
Poco antes de que se produjese el estallido de la guerra, Gutiérrez Sobral sería relevado por Ramón de Carranza, un teniente de navío que por aquel entonces contaba 35 años.
Al estallar el conflicto bélico, todo el personal diplomático español tuvo que abandonar los EEUU, trasladándose a Canadá desde donde continuaría con sus actividades bajo la dirección de Juan Dubosc y del propio Carranza.
Entre los éxitos más importantes que consiguió la red establecida por la

Carranza, como alcalde de Cádiz y en su época de oficial de la Armada

Embajada española se pueden mencionar dos:
Äen los primeros días del conflicto, tras el desembarco de las tropas norteamericanas en Cuba el sargento Elmhurst del 3º de Caballería del US Army se dejaría apresar por los españoles con la finalidad de pasar información, debiendo identificarse por un anillo de plata y por la contraseña "Confianza Blanca";

el Merrimac terminó siendo hundido en un lugar donde no estorbaba el tráfico marítimo de entrada y salida a la bahía de Santiago

Äel otro caso llegó a estar incluso presente en la firma del Tratado de París.
Se trataba de la secretaria de la delegación americana que negoció la firma del tratado de paz , la señora Sara Atkinson.
Desde Canadá los servicios españoles pasaban información a España mediante informes en clave que se transmitían telegráficamente, uno de los cuales advertía de la intención de los americanos de hundir a la entrada de la

bahía de Santiago un buque para impedir la salida de la escuadra de Cervera. El buque en cuestión sería el Merrimac.
Pero la actividad de estos hombres no se limitaba tan sólo a los EEUU, puesto que operaban por todo el Caribe.

Así, intentarón buscar la información necesaria para que el Almirante Cámara pudiera efectuar un ataque sobre las costas de los EEUU, teniendo como base de operaciones la capital de las islas Bermudas, Hamilton, a donde se desplazaron algunos diplomáticos españoles.
Sin embargo, la operación fue descubierta y los británicos, actuando conforme a las reglas de neutralidad, expulsaron de la colonia a los agentes españoles.
En todo el área del Caribe contrataron buques neutrales que, cargados de víveres y medicinas, fueron enviados a burlar el bloqueo americano con destino a Cuba, consiguiéndolo muchos de ellos.
Otro hecho importante de la red española estuvo protagonizada por el propio Carranza, quien atravesaría disfrazado Canadá, sin ser descubierto por los servicios norteamericanos, en dirección a Vancouver; una vez allí, y tras unírsele dos agentes españoles, comenzó a preparar el plan que había motivado su presencia en esa zona.

Dupuy de Lôme, embajador español en EEUU

Se disponía a adquirir un barco con la intención de dedicarse a realizar acciones de corso en la costa oeste de los EEUU.
Para ello compró el Amur, un navío ruso de 900 toneladas que costaba 70.000 dólares y por el que dió una fianza de 2.500.

El crucero Bennington en un puerto americano durante la guerra

Con esta nave que tenía intención de artillar con dos cañones que había adquirido y tripulada por marinos españoles, había planificado interrumpir el tráfico mercante americano en toda la zona, donde los norteamericanos tan sólo tenían un navío, el Wheeling.

Una nueva imagen del pequeño crucero Bennington

Ya disponía de 2 viejos cañones y simulando pertenecer a una compañía de teatro llegó incluso a comprar 30 sables para el abordaje.
Ante los rumores que finalmente terminaron por propagarse sobre la existencia de un buque corsario en la zona, los norteamericanos enviaron en apoyo del Wheeling otro pequeño crucero, el Bennington. Puesto al tanto Carranza de este hecho planificó una acción audaz con la que pretendía tomar al abordaje, en una operación

nocturna, al crucero americano.
Con el Bennington y el Amur hostigaría todo el tráfico mercante americano entre Alaska y la costa Oeste.
Sin embargo, toda la operación se vendría abajo aún antes de llevarse a cabo cuando motivado por las presiones americanas el cónsul austriaco, bajo cuya protección estaban los interes españoles en América así como 400 marinos que debían participar en la operación de Carranza, decidió reembarcar rumbo a España los marineros españoles retenidos en Nueva York.




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