crucero Olimpia

LAS FUERZAS ENFRENTADAS

crucero Reina Cristina
"La situación muy seria de Filipinas nos obliga a mandar allí buques y refuerzos de tropas tan pronto como sea posible"
Telegrama del Ministro de Guerra, General Correa, al Capitán General de Cuba

Ante la posibilidad de un conflicto con España, los EEUU ya habían decidido no limitar el conflico únicamente al área caribeña.
Con el objeto de dificultar cualquier respuesta armada y la logística española encaminada a sostener el esfuerzo bélico, así como para asegurarse la adquisición de nuevas bases y territorios, los norteamericanos habían decidido de antemano extender el conflicto en la Oceanía española y las Filipinas.
Con ese motivo, diez días después de la explosión del Maine el 25 de febrero de 1.898, el comodoro Dewey recibe la orden de partir con su escuadra, estacionada en ese momento en el puerto japonés de Yokohama, hasta la colonia británica de Hong-Kong para estar más cerca del teatro de operaciones que debe abrir en las Filipinas con objeto de distraer fuerzas españolas y de impedir que la flota del Apostadero de Cavite, al mando del Almirante Patricio Montojo, pudieran abandonar aquellas aguas.
El 27 de abril, anclado en la bahía de Mirs, territorio chino que estaba bajo control británico y en donde se adiestraba la escuadra americana en prácticas de tiro, recibe al cónsul de los EEUU en Manila, Williams, quien le

Mapa de la Bahía de Manila

pone al corriente de los preparativos españoles.
A su vez, D. Juan Pastorín, cónsul español en Hong-Kong, había advertido a las autoridades españolas de la inminencia de un ataque americano.

El Cañonero Petrel, anclado en Hong-Kong antes de partir con el resto de la escuadra rumbo a Filipnas

Mucho se ha escrito acerca de los barcos españoles en las Filipinas; sobre todo han trascendido dos hechos falsos que surgieron del imaginario popular para justificar una derrota tan aplastante como humillante a los pocos días de comenzada la guerra:

El crucero español de 3ª Isla de Luzón, fotografiado después de la guerra con pabellón americano

Äel escaso alcance de los cañones españoles, que no alcanzaban su objetivo al tiempo que los americanos, dada la "enorme" superioridad de sus cañones, disparaban sobre los españoles a gran distancia y fuera de peligro;
Älos barcos españoles eran cascarones de madera mientras que los americanos eran invulnerables navíos de acero.
El primer supuesto cae por su propio peso, teniendo en cuenta que

el combate se llevó a cabo a una distancia que oscilaba entre los 5.000 y los 2.000 metros y, curiosamente, fue el crucero Reina Cristina el primero en abrir fuego. Con respecto al mito de los barcos españoles, viene motivado por el hecho de que el único barco español con casco de madera era el crucero Castilla.El resto de los buques eran de hierro, y después del combate, los norteamericanos llegarían a reflotar alguno de los buques españoles incorporándolos a su armada donde servirían largos años.
Las fuerzas que se iban a enfrentar serían las siguientes:

Pincha y Entra Pincha y Entra
cruceros protegidos
4
-
cruceros no protegidos
1
7
cañoneros
1
3
PULSA EN LOS ESCUDOS PARA VER MÁS

Sin embargo, varios de los clasificados "cruceros" españoles no eran sino cañoneros, y algunos, debido al intenso desgaste de las operaciones llevadas a cabo contra los insurrectos filipinos, no podían navegar por tener sus calderas en mal estado.
La escuadra del comodoro Dewey estaba formada por otros tres buques más que no llegarían a entrar en combate: dos viejos navíos utilizados como transportes, totalmente desarmados, y otro buque más, el McCulloch, armado con 4 cañones de 100 mm.
La teórica superioridad americana no estaba realmente tan clara si comparamos las tablas que se muestran a continuación:

ESCUADRA AMERICANA
Desplazamiento
19.000 t.
cañones de 203 mm.
10
cañones de 152 mm.
23
cañones de 127 mm.
20
cañones ligeros
50
tubos lanzatorpedos
10
ESCUADRA ESPAÑOLA
crucero Castilla, único buque con casco de madera
Desplazamiento
14.000 t.
cañones de 160 a 120 mm.
37
cañones de 90 a 70 mm.
9
cañones ligeros
35
ametralladoras
14
tubos lanzatorpedos
13

La desventaja americana estribaba en la lejanía de sus propias bases, lo que dificultaba tremendamente las operaciones. Una derrota en este primer encuentro hubiera obligado a los EEUU a retrasar un nuevo ataque sobre las Filipinas durante meses. Y hay que añadir el hecho de que las posibles averías que se sufriesen durante el combate, así como el gasto de munición que se realizase, provocaría nuevos quebraderos de cabeza a la logística americana ya que sería muy problemático el poder subsanarlos en breve espacio de tiempo.




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