LA COLUMNA ESCARIO

La dura resistencia opuesta por el Ejército Español en los combates de El Caney y de las Lomas de San Juan, sumado a las bajas sufridas por el US. Army en los mencionados combates, produjeron una honda preocupación en el general Shafter, hasta el punto de que desistió de cualquier intento de forzar la toma de Santiago de Cuba por medio de la fuerza de las armas.

La superioridad numérica de los americanos no había sido capaz de conseguir doblegar la resistencia de las tropas españolas, por lo que se decidió cercar la ciudad en espera del devenir de los acontecimientos.
Pero la desmoralización comenzaba a hacer mella en las filas del US. Army que veía como sus fuerzas comenzaban a ser diezmadas por las enfermedades que se comenzaban a propagar entre sus filas, y al hecho de que en cualquier momento

pudiesen acudir en socorro de la plaza sitiada hasta 20.000 soldados españoles procedentes de los distritos de Manzanillo y Holguín,perdiendo la superioridad numérica que hasta ese momento había sido determinante en sus victorias.

Tal era su preocupación, que Shafter comienza a pensar seriamente en replegar sus fuerzas a la espera de nuevos refuerzos.
Desgraciadamente para la suerte de las armas españolas, las tropas destacadas en tales distritos nunca recibirían la orden de ponerse en camino para hacer frente a los norteamericanos, entre otras cosas porque se temía que los mambises ocuparan las zonas por ellas desguarnecidas.
Tan sólo se enviaría desde Manzanillo una columna compuesta de 3.752 hombres al mando del Coronel

Escario (que sería ascendido a Brigadier con posterioridad) que habría de desplazarse a pie, pues el bloqueo naval de los americanos impedía que se pudiese efectuar el transporte marítimo de tales fuerzas hasta Santiago de Cuba.

En total, se trataba de 5 Batallones de Infantería y de Cazadores, 1 Compañía de Ingenieros, 3 Compañías de Guerrillas, 1 Compañía de Transporte y un puñado de Sanitarios, llevando consigo dos piezas de artillería de montaña.
La inminencia de la partida de Escario con sus tropas provocaría en los norteamericanos una cierta ansiedad, puesto que las informaciones -erróneas- de que disponían elevaban a unos 8.000 hombres los refuerzos que llevaba Escario consigo.
Éstos informes equivocados llevaron a Shafter a adelantar las operaciones sobre Santiago de Cuba que culminarían en los combates de El Caney y San Juan,

para conseguir tomar la ciudad antes de que la llegada de Escario equilibrara la balanza numérica de unos y otros.

La columna partió de Manzanillo el 22 de Junio llegando a Santiago de Cuba el 3 de Julio, tras muchas penalidades y cuando ya el desastre naval se había consumado y con él se sellaba la suerte de la contienda.
Durante todo su recorrido se vió constantemente hostigada por los insurrectos, que fueron batidos en cada uno de sus enfrentamientos.
Sin embargo, con cada enfrentamiento que se sucedía se conseguía retrasar considerablemente la marcha de las tropas españolas, lo que a la postre sería un factor decisivo para la suerte de Santiago de Cuba al no poder contar en su perímetro defensivo con el concurso de estas tropas.
El mencionado 3 de Julio, y tras haber sufrido 27 muertos y 17 heridos, entraban en la ciudad sitiada casi sin alimentos, agravando la situación lamentable que en ella se vivía, y de inmediato fueron enviadas a las líneas defensivas españolas.
De haber llegado tan sólo 48 horas antes quizás se hubiese dado un vuelco a la situación, pues las tropas que defendieron

tan dura y bravamente las Lomas de San Juan hubieran visto aumentado su número y sus posibilidades de contraatacar e infringir un serio revés a sus adversarios.