baluarte defensivo de  Manila en la actualidad

EL ASEDIO

DE MANILA

fachada del Ayuntamiento de Manila

La destrucción prematura del núcleo principal de la escuadra del Apostadero colocaba al archipiélago filipino en una situación muy comprometida, pues a la llegada y victoria de los norteamericanos habría de sumarse una sublevación generalizada de los tagalos.

soldados españoles combatiendo en la jungla

Por si fuera poco, los aislados puestos españoles del interior del archipiélago iban cayendo uno a uno en poder de los sublevados, que amenazaban con cercar Manila y rendirla por hambre o por sed, caso éste último de cortar el suministro de agua potable, mientras el mando español se empeñaba en dividir sus fuerzas con la vana idea de controlar Luzón, cuando quizás en aquellos delicados momentos lo que convenía a las armas españolas era una concentración de unidades en un punto

determinado que permitiese iniciar una acción ofensiva.
El 23 de abril se tomaba la decisión de ordenar la movilización forzosa de todos los españoles útiles para el servicio de armas presentes en Filipinas, aunque dado el escaso número de los mismos la medida fue más bien algo simbólico.

Así mismo, se ordenaba la movilización de los extranjeros que se ofrecieran voluntarios para realizar labores de policía. También se creaban milicias de voluntarios indígenas.
Por si fuera poco, la rendición del arsenal de Cavite, cuya guarnición había quedado a merced de los americanos, vino a agravar aún más las cosas, permitiendo que se estrechase el cerco en torno a la capital de las islas Filipinas, que estaba defendida por una extensa línea de 15 km. de longitud, a todas luces muy difícil de poder defender eficazmente por los

el arsenal de Cavite tras la rendición. A la derecha  hundido, se aprecian los restos de un buque español

9.000 hombres de guarnición en la ciudad, de los que casi 7.000 estaban distribuidos en toda la línea y el resto estaban destinados a mantener el orden en la ciudad, además de ocuparse de mantener activas las baterías de costa que defendían Manila del lado del mar.

Soldados españoles durante una acción contra efectivos insurrectos

Además, en la provincia de Cavite había otros 2.800 soldados españoles al mando del general Peña, que siguiendo la tónica habitual estaban distribuidos por toda la provincia en pequeños destacamentos que fueron barridos por los insurrectos.

TROPAS DE AGUINALDO

Columna del General Antonio Montenegro
Columna del General Gregorio del Pilar
Columna del General Pío del Pilar
Columna del General Artemio Ricarte
TOTAL
Unos 30.000 soldados
insurgentes filipinos

Un intento de socorrerlos por medio de 2 columnas de 500 hombres cada una de ellas, mandadas por los Tenientes Coroneles Soro y Hernández, terminó en un desastre militar y supuso la primera gran victoria por medio de las armas que se apuntarían las fuerzas de Aguinaldo.
El 8 de junio se rendía el General Peña y las tropas bajo sus órdenes.
Mientras tanto, buques de guerra de Japón, Gran Bretaña, Francia, Rusia y Alemania acudían a la bahía de Manila con la intención de proteger sus intereses nacionales, y de ver las oportunidades de participar en el botín que se podían ofrecer a sus respectivos gobiernos.
El 1 de junio las fuerzas de Aguinaldo cercan ya completamente Manila y atacan las distintas posiciones defensivas españolas alrededor de la ciudad, sin conseguir apoderarse de ellas en parte gracias a la intervención de la artillería española, que aunque provista de viejas y desfasadas piezas suponen una nada desdeñable ayuda para las tropas

defensoras, al cubrir con su fuego los huecos existentes entre las diversas posiciones.
Los ataques directamente sobre Manila comienzan el día 5, con el apoyo de los cañones españoles capturados en Cavite y de unas cuantas "lantacas", cañones manufacturados por los propios rebeldes.

insurrectos filipinos en las afueras de Manila

Los filipinos trataron de hacerse con el control de Santolán, donde se hallaban los depósitos de agua que abastecían la ciudad y que llevaban varios días averiados. En socorro de la guarnición del puesto se envió una columna, reforzada por algunos ingenieros que debían subsanar los problemas en las máquinas de los depósitos.

tropas españolas defendiendo una casa

Pero éstas están tan deterioradas que es imposible hacerlas funcionar, por lo que toda la columna y las tropas que allí están destacadas regresan a Manila. Sin embargo, merced a las reservas existentes en los aljibes, depósitos, y al suministro que ofrecía el río Pasig, la población no hubo de sufrir por falta de agua; más preocupante llegaba a ser la escasez de alimentos, lo que obligó a realizar un drástico racionamiento de las existencias alimenticias.

Mientras tanto, las unidades indígenas del Ejército español iban desertando y pasándose a las fuerzas de Aguinaldo.
El 12 de junio se proclamaba de manera unilateral y oficialmente la independencia de Filipinas, realizada en medio de grandes festejos, pero que no era reconocida por ninguna potencia extranjera.
Entre el 30 de junio y 26 de julio desembarcan por fin las primeras unidades del U.S. Army al mando de Wesley Merrit.
Así, el 30 de junio desembarcaban 2.500

tropas americanas desembarcando en Maytubig, cerca de Cavite

hombres al mando del General Anderson; el 17 de julio hacía su llegada Greene con 3.800 hombres y, finalmente, el 26 de julio McArthur con 4.800 hombres más. Con ellos llegaban, escoltados por el crucero protegido Charleston, municiones, carbón y víveres para la escuadra de Dewey.

baterias de costa capturadas en el arsenal de Cavite

Por otro lado, para evitar el bombardeo de la ciudad por parte de la escuadra americana se llegó a un "compromiso" verbal por el cual éstos no atacarían Manila y a su vez las baterías españolas dejarían en paz a los buques de Dewey.
Por si fuera poco, tras la rendición del arsenal de Cavite los insurrectos tagalos se apropiaron de numerosas piezas de artillería ya anticuadas o de pequeño calibre con las que armaron algunos buques que iniciaron una incesante actividad de hostigamiento sobre las guarniciones españolas que estaban

diseminadas por las islas, aunque pronto darían buena cuenta de ellos los cañoneros y lanchas españolas que aún quedaban operativas en las Filipinas.

carbón con el que mantener los buques en servicio. Todas las necesidades de la escuadra debieron ser satisfechas casi de manera fraudulenta, apropiándose de aquello que necesitaban de los barcos, especialmente británicos, que se encontraban en la bahía.

Conseguir la rendición de Manila parecía, pues una cuestión de poco tiempo, aislada como había quedado del resto del archipiélago, con la escuadra de Dewey campando impunemente por la bahía de Manila y con las baterías de la isla del Corregidor y las de Subic abandonadas por sus sirvientes después de inutilizar las piezas de artillería para que no pudiesen ser utilizadas por el enemigo.
Y el asunto era aún más grave si tenemos en cuenta que a la escuadra victoriosa tardarían mucho tiempo en suministrarle desde municiones hasta el

daños provocados en una iglesia por el bombardeo de Manila
El Fuerte de San Antonio Abad, uno de los objetivos de la artillería americana

A poco más que hubiera reistido la escuadra española se hubiera dado al traste con una victoria tan aplastante conseguida en poco más de dos horas de combate.

El puente de España sobre el río Pasig, y su plano

El día 5 de junio daban comienzo los ataques sobre Manila, que aunque eran rechazados por las tropas españolas, causaban bajas casi imposibles de suplir, pues también se producían deserciones masivas de tropas indígenas tras asesinar a sus mandos peninsulares.

ORDEN DE BATALLA DE LAS FUERZAS ESPAÑOLAS Y AMERICANAS:

GUARNICIÓN ESPAÑOLA EN MANILA

fusil MAUSER español
TROPAS PENINSULARES:
Rgmto. de artillería de montaña nº 6,
Bon.s de Cazadores nº 1, 2, 3, 4, 5, 6, 10, 11
TROPAS INDÍGENAS:
Rgmto.s Infantería nº 69, 70, 72, 73
Rgmto Artillería
Artillería de Plaza
Escuadrón de Caballería
VOLUNTARIOS PENINSULARES:
Bon.s San Miguel, San Rafael, Casino, Voluntarios de Manila, Escuadrón de Caballería
VOLUNTARIOS INDÍGENAS:
Tercios de Pampanga, Anda Salazar, Bayambang
OTRAS UNIDADES :
2 Bon.s de Marinería (supervivientes de Cavite)
Guardia Civil, Carabineros, Bon. Ingenieros, Sanidad
TOTAL
Unos 9.000 soldados

VIII CUERPO DE EJÉRCITO DE LOS EEUU.
Comandante en Jefe:General Wesley Merrit

fusil KRAG-JORGENSEN americano

DIVISIÓN ANDERSON:
BRIGADA GREENE
Rgmto.s 1º California , 1º Colorado, 1º Nebraska, 10º Pennsylvania, 2 Bon.s del 18º Rgmto.
BRIGADA McCARTHUR
Rgmto.s 1º Wyoming, 1º Idaho, 1º North Dakota, 13º Minnesota, 2 Bon.s del 23º Rgmto., 1 Bon. del 14º Rgmto.
ARTILLERÍA
2 Bía.s Utah, 5 Bía.s Regulares, Artillería Pesada de California, Ametralladoras.
RESERVA
2º Rgmto. de Oregon, Signal Corps
TOTAL
Unos 11.000 soldados

Aunque para hacer honor a la verdad, muchas otras unidades indígenas se mantuvieron fieles a la corona de España en momentos tan difíciles.
Mientras tanto, las tropas independentistas filipinas verán cómo los norteamericanos tratarán por todos los medios de impedir que hagan su entrada triunfal en Manila, algo que tampoco deseaban los españoles, ante el temor de una masacre indiscriminada entre la población europea.
El 7 de agosto los norteamericanos exigen la rendición de la plaza de Manila en un plazo de 48 horas, que al no producirse tiene como consecuencia que el 13 de ese

Conquista del Fuerte de San Antonio Abad, y el efecto del bombardeo en sus estructuras

mismo mes de agosto se inicien las operaciones para obtener su rendición , con un ataque combinado por tierra y mar.

tropas españolas tras desembarcar durante las operaciones en la anterior guerra de insurrección en Filipinas

En total, el número de soldados americanos que participarían en las acciones bélicas desarrolladas en torno a Manila ascendería a unos 12.000 hombres.
El 7 de agosto, y tras haberse ya iniciado los primeros combates con las tropas españolas con fortuna desigual, se solicitaba la rendición de la plaza de Manila.
El 13 de agosto comenzaba el ataque sobre la ciudad.
Las tropas españolas apenas ofrecieron resistencia, evacuando el perímetro defensivo y retirándose hacia Manila,

que capitularía el día 14 de ese mismo mes.
En este punto parece ser que se pudiera haberse producido un contacto secreto entre españoles y americanos, llegando al siguiente acuerdo para rendir la
ciudad:

soldados norteamericanos en el Fuerte de San Antonio Abad

Äpara salvar el honor de las armas españolas, los americanos bombardearían la ciudad muy por encima, impactando sobre todo en las murallas para no causar más daños;
Ätras una resistencia más simbólica que heroica, los mandos españoles entregarían la ciudad, firmando su rendición.

tropas norteamericanas en las calles de manila

Sin embargo, los combates no acabarían aquí, pues en diversos puntos de las islas las tropas españolas, abandonadas a su suerte, se enfrentaban a los insurrectos filipinos.
Las bajas sufridas por el Ejército Español durante los combates llevados a cabo en torno a Manila se cifran en torno a los 300 hombres, mientras que los norteamericanos lamentaron la muerte de 17 hombres en combate y 63 por enfermedad, así como unos 106 heridos.

dos imágenes del los muelles del río Pasig



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