cañonero Elcano, con pabellón americano tras ser vendido a la US Navy

OTRAS ACCIONES


Tras la victoria conseguida por las fuerzas de Dewey, y ante la acuciante situación en la que se encontraban (faltos de municiones y combustible, que tardarían bastante en llegarles), la escuadra americana no se movió de la bahía de Manila.

el cañonero Samar

Sin embargo, la guerra continuaba en otras partes de las Islas Filipinas; por un lado los filipinos tratando de expulsar a los "castilas" y por otro lado los españoles intentando afirmar la soberanía de España al sur de Luzón para al menos llegar a las negociaciones de paz con cierta posición de fuerza.
Entre tanto los insurrectos filipinos, que se habían hecho con algunos pequeños vapores y con cañones de pequeño calibre, se dedicaron a extender la sublevación al resto del archipiélago con casi total impunidad.

Tras el desastre de Cavite, las acciones navales protagonizadas por las unidades sutiles españolas no cesaron. Aún quedaban en el Pacífico unidades navales, siendo la mayor de ellas el transporte de tropas General Álava de casi 1.000 t. de desplazamiento, el cañonero Elcano de 500 t., otros 9 cañoneros menores (Albay, Calamianes,Manileño, Mariveles, Mindoro, Pampamga, Panay, Paragua y Samar) y 3 lanchas cañoneras (Basco, Gardoquí y Urdaneta).
Al comprobar la inactividad de la escuadra americana, los buques españoles comenzaron a auxiliar a los amenazados

imagen del transporte General Álava, buque insignisa de la División Naval del Sur

puestos españoles, a evacuar de lugares amenazados tanto a tropas como a civiles, y a dar caza a los barcos armados por los filipinos. Al mando del Capitán de Navío D. José Ferrer, estableció su base en La Isabela desde donde inició sus operaciones bélicas.
Casi todos los buques tenían mandos españoles y marinería filipina, que salvo alguna excepción, mantuvo su fidelidad a las armas españolas.

soldados filipinos atrincherados durante un combate con tropas españolas

Entre las muchas acciones que protagonizaron se encuentran las siguientes:
Äel apresamiento de la fragata mercante americana Saranac, que llevaba carbón a la escuadra de Dewey;
Ä
el apresamiento del velero Iris y de la lancha Nueva Esperanza.

grupo de insurgentes filipinos

El 20 de diciembre de 1.898, ante las amenazas norteamericanas de continuar la guerra con España si ésta no abandonaba definitivamente el resto del archipiélago, se ordenó a las tropas que combatían en las Visayas y Mindanao contra los independentistas filipinos que abandonasen la lucha.

soldado filipino de una unidad indígena del Ejército Español

Ante la evacuación española de las Filipinas al final del conflicto, se reuniría todo el material naval aún a flote para quedar fondeado en Zamboanga, donde se consumaría su venta a los EEUU, en cuya armada servirían durante largos años y casi siempre con el mismo nombre.
Como consecuencia de ello se llevaría a cabo otro hecho de armas sorprendente: capturados los buques por los filipinos, los oficiales y marineros españoles -más allá del deber, todavez que la guerra entre España y los EEUU había concluido- deciden recuperar por su cuenta, ya para mantener a salvo su honor, todos los buques capturados por los filipinos.
Conseguido el objetivo, sin lamentar ninguna baja ni perder ningún navío, se entregaban los mismos al cañonero norteamericano USS Petrel, que se había destacado a Zamboanga para escoltar todas las unidades hasta Manila.
El transporte General Álava continuaría operando en Oceanía, socorriendo los puestos de las islas Marianas en compañía de dos pequeños cañoneros allí destacados, el Quirós y el Villalobos.

Las dotaciones de estos dos pequeños barquitos también tendrían su oportunidad de cubrirse de gloria, al apresar durante la guerra al buque norteamericano Tulenkam, y sofocar posteriormente una revuelta en las islas Marianas. Ambos buques, al igual que el General Álava, serían vendidos posteriormente a la US. Navy.

El transporte General Álava, en servicio en la US Navy poco antes de la 1ª Guerra Mundial



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